miércoles, 24 de junio de 2020

Lo mismo digo

Un buen día me fui a vivir solo. En mis primeras visitas al edificio, ultimando detalles para mudarme al apartamento 102, salieron dos tipos del 101 y vinieron a saludarme. Bienvenido vecino, me dijeron, y me dieron la mano. Uno tenía lentes de sol sobre el pelo mojado peinado para atrás. Yo había conseguido el plano del edificio y había visto que el apartamento de al lado tenía las mismas dimensiones que el mio. No me imaginaba a esos dos tipos viviendo juntos en un espacio tan reducido. Pensé que podían ser estudiantes del interior que compartían gastos, o una pareja gay. Para terminar de confundirme se despidieron con una extraña frase: "esperamos no molestarte mucho". Me imaginé grandes fiestas llenas de gente hasta altas horas de la madrugada. Para no ser menos les mandé un muy desafiante "lo mismo digo". ¿Quiénes se creían que eran? Con los días descubrí que eran los obreros que estaban terminando de arreglar el apartamento de al lado.

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